sábado, 6 de febrero de 2010

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Se siente a veces, lo digo yo, lo dices tú
Como poco a poco los muros que cayeron
Se van levantando alto muy alto
Afuera las mañanas tibias
Se consumen en el vaivén de los días
Y es tan firme la indiferencia
Sobre zapatos contradictorios
Tan fuerte, que se expande como una brisa abrumadora
Gigante, enorme, tan fría como la distancia
Parece que las ganas
Parece que el deseo
Parece que la fuerza y voluntad
Se visten frágiles, se rompen con las olas
Y todo es un eco
Ya nada está tan vivo aquí
Y mi corazón para de latir de vez en vez
Cuando te quiero y no me quieres
Cuando te busco y no te encuentro
Cuando te hallo y no estás
Cuando se ha aruñado al amor
Y no se quiere el perdón
Porque sí pero no porque no llegó el olvido
Uno se queda sin palabras cada tanto
Y luego llega una niña, se mete por tu ventana
Pero tú no dices nada porque has olvidado todo
Y te quedas entre cuatro paredes sin cuadros que colgar
Brindemos torpes entonces


Por la última lágrima que nunca quiso nacer
Que derrumbó los muros y los trajo de nuevo
Que sacó a las mañanas tibias de la cama
Y las consume sin piedad a diario
Que llamó a la indiferencia y le dio alimento
Y zapatos contradictorios y ahora es un monstro
Que rompió las ganas, el deseo, la fuerza y la voluntad
Que paró a mi corazón de vez en vez
Y que no quiere el perdón porque no llegó el olvido
Que se lleva nuestras palabras cada tanto
Y que ignora a la niña que se ha metido por tu ventana
Y que te ha hecho olvidar todo y eso hace que no digas nada
Y te quedes entre cuatro paredes sin cuadros para colgar
Brindemos entonces.




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1 comentario:

Juan José López Domínguez. dijo...

Te amo.


Frente a un poema que escuché de ti...